Te abrazo. Te beso. Te llamo por tu nombre. Lloro contigo tu pena, que es la mía. Sientes que nadie te mira. Que no importas. Que ya no tienes dignidad. Pero nosotros te vemos, nos importas, pensamos en ti. Salimos a buscarte para que, juntos, podamos combatir con una manta y comida caliente al ejército del frio y la soledad entre la multitud, para no ganar la batalla de salir de la miseria, pero juntos ganar a la Esperanza. Y juntos vendrá un nuevo día y una imagen que golpee las conciencias y dejes de ser INVISIBLE porque eres parte de nosotros y eres VISIBLE.
